A finales del año 67 o principios del 68, Cayo Julio Vindex, gobernador de la Galia Lugdunensis, se rebeló contra la autoridad del emperador Nerón. Éste enviaría a Lucio Verginio Rufo, gobernador de la Germania Superior, a sofocar la revuelta, y Vindex pidió ayuda a Servio Sulpicio Galba, gobernador de Hispania Citerior, quién sería proclamado nuevo César por su ejército. Verginio Rufo, sin embargo, derrotaría en batalla a Vindex cerca de Vesontio (actual Besançon) y éste se suicidaría; Galba fue declarado, de inmediato, enemigo público por el Senado romano.
Nerón había recuperado así el control militar del Imperio en pocos días, pero su tiempo como César tocaba a su fin. En junio, traicionado por las cohortes urbanas y la guardia pretoriana, ambas sobornadas por Icelo, liberto de Galba, es declarado en su lugar enemigo público y condenado al castigo reservado en exclusiva a los parricidas por el Senado, el cual no tarda en reconocer nuevo emperador a Galba. Nerón huyó de inmediato por la Via Salaria hasta la villa de su liberto Faón, en la que se suicidó un 11 de junio del año 68 con la ayuda de su secretario, Epafrodito. Sus últimas palabras, según Casio Dio y Suetonio, fueron: ¡Qué artista muere conmigo!, en referencia a su afición a tañer la lira y actuar ante el público en la tragedia y la pantomima.
Nerón había recuperado así el control militar del Imperio en pocos días, pero su tiempo como César tocaba a su fin. En junio, traicionado por las cohortes urbanas y la guardia pretoriana, ambas sobornadas por Icelo, liberto de Galba, es declarado en su lugar enemigo público y condenado al castigo reservado en exclusiva a los parricidas por el Senado, el cual no tarda en reconocer nuevo emperador a Galba. Nerón huyó de inmediato por la Via Salaria hasta la villa de su liberto Faón, en la que se suicidó un 11 de junio del año 68 con la ayuda de su secretario, Epafrodito. Sus últimas palabras, según Casio Dio y Suetonio, fueron: ¡Qué artista muere conmigo!, en referencia a su afición a tañer la lira y actuar ante el público en la tragedia y la pantomima.
Sin embargo, ¿es ésta afirmación
cierta? En realidad, ni fueron sus últimas palabras ni posiblemente
quiso decir eso. Vayamos a las fuentes clásicas. Con sentido
dramático, sería Casio Dio quién las dejó para el mismo final: “De ese modo se mató, luego de
pronunciar esa observación tantas veces citada: ¡Júpiter, qué
artista perece conmigo!”.Suetonio, en cambio, las sitúa
antes, justo después de la llegada de Nerón a la villa suburbana:
“Al final, mientras sus
compañeros lo exhortaban unánimemente a salvarse tan pronto como
fuera posible de las indignidades que lo amenazaban, él les ordenó
que cavaran en su presencia una fosa proporcionada a la talla de su
persona, reunieran todos los fragmentos de mármol que pudieran
encontrar y al mismo tiempo llevaran agua y madera para disponer al
cabo de su cuerpo. Mientras cada una de esas tareas se cumplía,
Nerón sollozaba y repetía una y otra vez: ¡Qué artista pierde el
mundo! -Qualis artifex pereo!-”
Los lectores modernos, influidos por
la imagen de Nerón trasmitida por las fuentes antiguas y difundida
entre el gran público por obras como Quo Vadis? -tanto la
novela de Henryk Sienkiewicz como sobre todo la película de 1951 con un magnífico Peter Ustinov en el papel de Nerón-suelen malinterpretar
constantemente estas últimas palabras. El
término Artifex ,en
el latín de Suetonio, o technites, en el griego de Casio Dio, pueden significar ambos efectivamente “artista” en
el sentido de intérprete, pero también “artesano”. En este
caso, el contexto es esencial: Nerón está dirigiendo la
construcción de su última morada... y no era la primera edificación
de la que se hacia cargo.
Una de las facetas más desconocidas
de Nerón como emperador es su gran labor como constructor, debido en
gran parte al incendio del año 64 que arrasó Roma casi por completo
y a las posteriores edificaciones de época Flavia sobre
construcciones neronianas; las termas de Tito y el Coliseo sobre los
restos de la Domus Aurea son ejemplo de ello. A parte de esta, su
Casa Dorada, su más famosa obra, y la reconstrucción de Roma
después del ya mencionado incendio, Nerón inició en el monte Celio
un templo dedicado al divino Claudio; concluyó un nuevo puerto en la
ciudad de Ostia y el acueducto conocido como Acqua Claudia; en la
colina Vaticana, finalizó el Circo que diseñara su tío Calígula
en los jardines de Agripina la Mayor; en el Campo de Marte, levantó
un gran complejo termal junto a los baños de Agripa y un nuevo
anfiteatro que sustituyera al de Statilio Tauro, ambos de época de
Augusto; en el Celio, construyó el Macellum Magnum o Augusti, un
gran mercado de alimentos; ayudó a la reconstrucción de Pompeya
tras el terremoto del año 62, etc.
Obras de gran envergadura todas ellas
en las que Nerón sin duda debió pensar en el momento de pronunciar
aquel amargo Qualis artifex pereo! mientras contemplaba la
edificación de su sepultura, no una gran tumba digna de un César,
comparable al mausoleo que su antepasado Augusto levantara en el
Campo de Marte, sino un patético agujero en la tierra. Imposible que
no percibiera el contraste entre el gran artista que fue antaño,
levantando casi de la nada una nueva Roma, y el lamentable artesano
en el que se ha convertido en sus últimas horas. Nerón, por tanto,
no llora de forma egoísta y egocéntrica por el artista que con su
muerte pierde el mundo, si no por lo bajo que ha caído.
¿TE HA GUSTADO? No te pierdas entonces:
-Nuestra biografía sobre Nerón: Parte 1 y Parte 2
-Nuestros relatos sobre el emperador:
-La dulce Actea
-Naumaquia
-Eunuco Imperial
-Los fantasmas de Nerón
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Magnífica entrada. Yo mismo siempre había pensado que se había muerto diciendo que era un artista.
ResponderEliminarGracias por toda la información
Hola, muchas gracias por el artículo. Nerón no tocaba la lira, sino la cítara (Suetonio. "Vida de los doce Césares"), son instrumentos de la misma familia pero son distintos.
ResponderEliminarPor otro lado, sus ultimísimas palabras, según este autor, no fueron las conocidas "qué gran artista muere conmigo!", sino "demasiado tarde, ésta sí que es fideldad", una vez que entró un soldado para capturarlo, ya que Epafrodito le había ayudado a suicidarse.
Saludos y muchas gracias.
Buenas tardes, Elena
EliminarCómo puedes leer en el texto, especifico que es Casio Dio quien afirma que esas fueron las últimas palabras de Nerón, mientras que Suetonio las menciona al poco de llegar a la villa mientras supervisaba las obras de una rudimentaria tumba para él. Sin embargo, admito que el título del artículo invita a equívocos
En cuento a lira por cítara... Admito que siempre me equivoco!! Gracias por la corrección y por dedicarle un ratito a mí blog
Perdón, en cuanto a sus últimas palabras, me comí una letra: "demasiado tarde, ésta sí que es fidelidad". Gracias.
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