Quienes llevan un tiempo siguiendo este blog sabrán, o al menos sospecharán, el interés que siento -quizás "pasión" sería una palabra más exacta- por el estudio de la mujer en el mundo romano. Mi Trabajo Fin de Máster, de hecho, versó sobre un tema en concreto de este gran y magnífico ámbito de estudio: "Vxor Merens: La consideración de la mujer en la epigrafía funeraria de Hispania Citerior" -podéis descargaros un artículo resumen pinchando aquí-. En este tiempo, como podéis imaginar, he leído muchos libros sobre la mujer romana, y el que hoy os traigo aquí, obra de Aurora López, es uno de los primeros que cayó en mis manos -cuando aún estaba en tercero de licenciatura- y quizás por esto, además de por su contenido, también uno de mis favoritos.
Aurora López realizó la Licenciatura de Filosofía y Letras en la Universidad de Salamanca, graduándose en abril de 1975 en Filología Clásica con la memoria de Licenciatura El vocabulario de las relaciones amorosas en Plauto. Se doctoró en esta Universidad en febrero de 1979 con la tesis Fabularum Togatarum Fragmenta. En la Universidad de Granada desempeñó los puestos de Profesora Ayudante
de Filología Latina durante los cursos 1976-79, de Adjunta Interina
en 1979-1984, y de Profesora Titular numeraria de Filología Latina
en 1984-2003. Desde el 25 de junio de 2003 es Catedrática por
oposición. Sus líneas de investigación preferentes son la literatura latina, centrada muy especialmente en la comedia y la tragedia, la edición de varios textos clásicos, la pervivencia y tradición clásica, y la investigación sobre la literatura de la mujer y sobre la propia mujer. A lo largo de su dilatada carrera, ha publicado un gran número de artículos y libros sobre dichos temas, entre los que destaco los que más me han gustado y sido de utilidad:
*A. LÓPEZ – C. MARTÍNEZ – A. POCIÑA (eds.), La mujer en el mundo mediterráneo antiguo, Granada, Universidad, 1990.
*A. LÓPEZ, “Hortensia, primera oradora romana”, Florentia Iliberritana 3 (1992) 317-332.
*A. LÓPEZ, “Prototipo y estereotipo: la mujer en Horacio”, en D. Estefanía (ed.), Horacio, el poeta y el hombre, Madrid, Ediciones Clásicas, 1994, pp. 33-59.
*A. LÓPEZ, “Escritoras romanas y escritoras actuales: puntos de convergencia”, en J. M. García González – A. Pociña Pérez (eds.), Pervivencia y actualidad de la cultura clásica, Granada, Universidad y SEEC, 1996, pp. 211-233.
*A. LÓPEZ,
“Reflejos de la sociedad romana en las comedias. El caso de
Plauto”, en A. Pociña – B. Rabaza (eds.), Estudios sobre
Plauto, Madrid, Ediciones Clásicas, 1998, pp. 3-46.
*A. LÓPEZ, “Mujeres en busca de la palabra, desde Roma a nuestro mundo”, Florentia Iliberritana 10 (1999) 163-186.
*A.
LÓPEZ - A. POCIÑA (eds.), Medeas. Versiones de un mito desde
Grecia hasta hoy, Granada, Universidad, 2002. 2 vols.
*A. LÓPEZ, “Las prostitutas en Roma”, en J. M. García González - A. Pociña Pérez (eds.), En Grecia y Roma: las gentes y sus cosas, Granada, Universidad y SEEC, 2003, pp. 143-163.
*A.
LÓPEZ – A. POCIÑA, Comedia romana, Madrid, Akal, 2007.
*A. POCIÑA –
A. LÓPEZ, Otras Medeas: Nuevas aportaciones al estudio literario
de Medea, Granada, Universidad de Granada, 2007.
El
libro que nos ocupa, No sólo hilaron lana. Escritoras romanas en
prosa y en verso (Ediciones Clásicas, 1994) es tanto reflejo de los
avances en los estudios de la mujer que se produjeron a lo largo de
la década de los ochenta -destacando Eva Cantarella y Sarah B.
Pomeroy-, como de la postura personal de la autora, que la lleva a
plantear aquí no solamente un estudio de la literatura femenina en
Roma, sino también el de la propia mujer dentro de la literatura
latina masculina. En este sentido, hace especial hincapié a lo largo
de su obra, en su deseo
de devolver las palabras a las mujeres -no siempre escritoras de
oficio- que considera han sido relegadas al olvido por una concepción
masculina de la sociedad, la literatura y la Historia.
Enmarcado
dentro de esta línea de trabajo, la elección del título No sólo
hilaron lana: Escritoras romanas en prosa y verso no es fruto del
azar, sino que pretende recoger dos aspectos sumamente importantes en
la consideración de la mujer. Desea descartar el ideal de la mujer
perfecta que construyeron los romanos, que se resume en el prototipo
univira, domiseda, lanifica, es decir esposa de
un solo hombre, mujer de su casa, e hiladora -destacar el artículo El arquetipo de esposa romana según la literatura latina-; prototipo simbolizado
por la rueca y el huso, y personificado en la mítica Lucrecia -os recomendamos el artículo publicado en este blog El mito de Lucrecia-. El
cálamo, por el contrario, es un símbolo masculino, instrumento por
excelencia de escritura. La autora resalta en su título, por tanto,
que no sólo no todas las mujeres cumplieron el prototipo, sino que
algunas entraron en un mundo de hombres como era la escritura.
Ahora
bien, el termino “escritoras” usado por la autora puede inducir a
autor, ya que en la mayoría de los casos ni fueron escritoras de
oficio, ni se ha conservado su producción literaria, ni lo
conservado puede ser analizado como representativo del resto de la
obra perdida, y mucho menos es de naturaleza reivindicativa de su
sexo. Todas “estas” escritoras pertenecían a la clase alta,
habían recibido una educación esmerada, y su nombre, o bien también
parte de su obra, se conservan por haber estado su producción ligada
a hombres importantes o por responder al ideal de mujer antes
mencionado. Son los casos de:
*Hortensia,
cuyo discurso se ha conservado en Apiano. Aduce razones solo
aplicables a su sexo y su linaje ilustre para justificar el no pagar
el tributo exigido por los triunviros -en este blog la dedicamos el artículo El valiente discurso de Hortensia-
*Sulpicia,
sobrina de Mesala, cuya obra poética se confundió con la producción
de Tíbulo -en este blog la dedicamos el artículo Sulpicia, la poetisa olvidada-
*Aconia
Fabia Paulina, cuyo poema, conservado en un pedestal de piedra, es un
encendido elogio al marido muerto, Vetio Pretextato.
Sin
embargo, estas tres mujeres son excepciones. En la mayoría de los
casos sólo encontramos referencias breves a la producción literaria
de las mujeres en obras masculinas, y siempre por estar ligado su
nombre al de grandes hombres. Es el caso de la obra epistolar de
Cornelia, madre de los Graco, de Terencia, mujer de Cicerón, o de
Octavia Minor, Livia y Julia, hermana, esposa e hija de Augusto. Es
también el caso de las memorias de Agripina, esposa de Claudio y
madre de Nerón, o la poesía de Perila, hijastra de Ovidio. La
autora recoge en las páginas de su libro estas y otras menciones, y
analiza, en el caso de conservarse, la producción literaria de éstas
mujeres, tanto la composición como el contenido, si bien sin
establecer nunca comparaciones o similitudes con la producción
masculina coetánea
Me ha parecido muy interesante. Me gustaría emplearlo para el Día de las Escritoras.
ResponderEliminarUn saludo.