martes, 7 de abril de 2015

El Muro de Adriano: asegurando el "limes" y la civilización romana

Autor: José Eugenio Moreno Posse

Igitur qui desiderat pacem, praeparet bellum o lo que es lo mismo "Si quieres la paz, prepárate para la guerra". Palabras de Flavio Vegecio que podrían reflejar la actuación de Adriano en la Britania romana. Un territorio que siempre había sido conflictivo para Roma debido a los ataques de poblaciones locales como los brigantes y los pictos.
Desde su conquista, el Imperio romano quiso extenderse por toda Britania desde el sur, perdiendo gran número de tropas, como pudo ocurrir con la desaparición de la famosa Legión IX Hispana, de la cual tantas películas se han realizado. Pérdidas humanas que iban ligadas a otras de carácter material y económico que el imperio no podía tolerar. Es en este contexto cuando un emperador helenista, viajero, culto, preocupado por el Derecho y contrario al expansionismo de su predecesor Trajano, decide crear un complejo sistema de fortificaciones para asegurar la paz y las fronteras imperiales, especialmente en las tres zonas más vulnerables del extenso Imperio romano: África, Germania y Britania.
La Historia Augusta nos dice en relación a Adriano: "Y viajó a Britania, donde corrigió muchos abusos y fue el primero en construir un muro que separase bárbaros de romanos" (HA, Adriano, 11,2.). En esta oración se muestra el nuevo tipo de política militar defensiva que llevaría a cabo el César con la construcción de un muro sólido de unos 120 km desde el 122 d.C, año en el cual viajó a Britania para ver la situación de la provincia in-situ. La Historia Augusta muestra a un emperador ideal que viaja para conocer los problemas personalmente, corrige abusos mediante la imposición de una nueva disciplina y exercitatio a las tropas y se preocupa por mantener intactas las fronteras del imperio, como el buen pastor que cuida de su rebaño.
Las fronteras, el Limes, había que preservarlas de los ataques del enemigo y lo que es más importante, debían mantener la identidad romana que tanto había costado conseguir. Por ello, esta obra de ingeniería militar levantada muy cerca de lo que hoy en día es la frontera entre Escocia e Inglaterra, velaba por la paz y mantenía una estabilidad económica al sur de la muralla trazada desde el golfo de Solway al estuario del río Tyne.
Pero, ¿cómo pudo este muro perdurar en activo hasta el siglo V d,C, momento en el que los romanos abandonaron su preciada Britania? No se trata de una muralla cualquiera, estamos hablando de un sistema de sólidas fortificaciones creadas para contener frecuentes incursiones de poblaciones locales anteriormente citadas. El emperador Adriano conocía de buena mano la situación que se vivía en la isla desde la conquista de su parte más septentrional por parte de Agrícola. Cuando el emperador estuvo en Germania durante su juventud, sirvió en la Legión II Adiutrix, la cual había sido trasladada a Germania desde Britania. Estamos pues ante un emperador que conoce a la tropa de primera mano, los problemas de la Britania romana y preocupado e interesado en mantener las fronteras del imperio. En definitiva, Adriano sabía perfectamente lo que hacía a la hora de mandar la construcción del muro en el 122 d.C.
La construcción del mismo es una parte más de su amplio proyecto político, el cual deseaba dar a Roma unas fronteras permanentes, estables y duraderas. Él deseaba paz, estabilidad, control de fronteras y un ejército disciplinado y bien entrenado, y todo ello bajo la supervisión de la figura de un emperador itinerante, viajero y cercano a los soldados. No obstante, ese ambicioso proyecto traía consigo modificar notablemente la política de conquistas que había dejado allí Agrícola, por lo que Caledonia y la zona norte debían de ser abandonadas para poder dibujar un limes verdadero para evitar que los bárbaros entraran en el ya pacificado sur e invadiesen la "civilización romano-helenística".
Parece ser que Adriano estuvo presente en la planificación de la nueva línea defensiva. En el este, el llamado Pons Aelius (el puente de Adriano) señalaba, junto a unos altares y un monumento memorial, uno de los extremos de la nueva frontera. La protección de los extremos evitaría que el muro se pudiera flanquear fácilmente por la costa, así como confería a la frontera un carácter religioso de considerable importancia. Además, los fortines y torres continuaban a lo largo de aproximadamente sesenta kilómetros a lo largo de la costa occidental
Desde allí se iniciaron las construcciones de la nueva muralla, con múltiples torretas y puestos de guardia, con unos muros de piedra de más de 2,5 metros de grosor y una altura de entre 3,5 y 4,7 metros. Existían fortificaciones de tres tipos: los castella, los burgi y las torretas. A ello había que sumar varios puestos septentrionales de avanzada. Todo esto trazaba una línea de Este a Oeste desde la ciudad de Carlisle hasta la moderna de Newcastle. Todo ello estaba comunicado mediante tres calzadas que hacían más sencillo el control y acceso a las defensas, así como el propio suministro de víveres y otros productos.
Muy posiblemente no fueron esclavos los que levantaron la muralla. Un buen número de unidades militares participó en la construcción del muro, formando parte esta actividad de su entrenamiento y adiestramiento cotidiano que el César había impuesto. La legión VI Victrix, llevada a Britania por Platorius Nepos, colaboró en tal tarea (CIL, VII, 498) al igual que la Cohorte I Aelia Dacorum Milliaria, asentada en Newcastle durante el reinado de Adriano. Del mismo modo, unidades de la zona de Chester y Carlisle estuvieron presentes durante toda la construcción.
Estos cambios en la nueva frontera supusieron que se podía establecer un número determinado de guarniciones y tropas para controlar el perímetro. Tres legiones fueron establecidas en la zona. Éstas estarían acompañadas de un buen número de fuerzas auxiliares que se encontrarían unidas y comunicadas fuertemente por una serie de fuertes y guarniciones con tropas que se habrían reclutado localmente. En el 122 d.C., las fuerzas auxiliares en la zona estaban formadas por 14 alas de caballería y alrededor de 47 cohortes de infantería, dando en total unas 35.000 unidades auxiliares que probablemente colaboraron también en la construcción del muro, siendo un importante número de tropas para la época. Unidades que, junto con las legiones, serían agrupadas en distintos fuertes, entre los cuales destaca el de Vindolanda y el de Banna, siendo este último el único con probada ocupación significativa después del período romano
Adriano deseaba con esta construcción que la civilización romana continuara presente en Britania. Detrás del muro, la provincia de Britania permanecía en paz, alejada a priori de cualquier ataque procedente del norte, pues el muro servía para controlar el movimiento de los bárbaros, no para preverlos.
Para concluir, se puede decir que el muro de Adriano, o Vallum Hadriani como se conocía en la época, fue una maravilla de la ingeniería militar romana que respondía a unos intereses de garantizar paz, estabilidad y preservar la civilización romana de los ataques de los bárbaros. Y, aunque buena parte de la muralla sirvió como cantera y otra parte se derribó para construir carreteras durante el siglo XVIII, todavía hoy en día puede verse parte de su magnificencia, especialmente en el sector central, en la cual podemos revivir las sensaciones que debieron sentir los legionarios romanos o los pueblos “más allá de la muralla” al contemplar semejante construcción. Un entramado de fortificaciones que nada tiene que envidiar a murallas de épocas posteriores, pues durante tres siglos cumplió con su cometido a la perfección.
Actualmente el Vallum Hadriani, aquella maravillosa muralla que sirvió de inspiración a David Benioff para su “muralla” de Juego de Tronos, está recibiendo el trato que se merece, mediante excavaciones arqueológicas en sus campamentos más cercanos y mediante el reconocimiento de autoridades y organismos internacionales, como es el caso de la UNESCO, que la declaró Patrimonio de la Humanidad en 1987 y ha sido incluida en la denominación "Fronteras del Imperio romano".

Fotografías: Mapa de la situación del Muro Adriano y el posterior Muro de Antonino; Reconstrucción de una de las guarniciones y estado actual; Vista actual de un tramo de la muralla

4 comentarios:

  1. Muchas gracias por la oportunidad de publicar el artículo!!!

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  2. Una aclaración: el creador de Juego de Tronos es el escritor GRR Martin, Benniof es un productor de series de tv.

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