miércoles, 26 de marzo de 2014

Cayo César: Calígula

Nacido como Cayo Julio César Germánico el 31 de agosto del año 12 d.C en Antium (actual Anzio), Calígula era el tercero de los seis hijos supervivientes del matrimonio de Germánico y Agripina la Mayor, siendo sus hermanos mayores Nerón y Druso César y sus hermanas Agripina la Menor, Julia Livila y Drusila. A través de su madre Agripina era además bisnieto del primer emperador, Augusto, mientras que por parte de padre era sobrino de quién sería sucesor, Claudio. Durante la infancia, con solamente dos o tres años, acompañó a su padre en las campañas que lideró al norte de la frontera romana, principalmente en Germania. Durante esta época su madre Agripina solía vestirle con una uniforme militar en miniatura que incluía botas y armadura, por lo que recibió de los legionarios el cariñoso apodo de “Calígula” (es decir, “Botitas”, que procede de “caligae”, el zapato reglamentario en el ejército romano). Según Séneca, siendo ya emperador odiaba que se le llamase de esta forma. Con siete años, acompañaría de nuevo a su padre Germánico en su delegación en Oriente, lo que le permitiría visitar lugares tales como la actual Turquía o la antigua provincia de Egipto. Sería en el transcurso de este viaje, en la ciudad de Antioquía, cuando su padre muere el 10 de octubre del año 19, al parecer envenenado por el gobernador de Siria, Cneo Calpurnio Pisón. Aunque Pisón sería juzgado y condenado por este asesinato, Agripina, de regreso a Roma con sus hijos, acusaría al propio emperador, Tiberio, padre adoptivo de Germánico, de ser el instigador de la muerte de su marido, agrupando rápidamente en torno a ella un partido de descontentos con Tiberio. Las relaciones entre el emperador y Agripina no tardarían en deteriorarse, conduciendo a su madre y a su hermano mayor, Nerón César, al exilio en el año 29, acusado de alta traición. Calígula, ya un adolescente, sería enviado a vivir con su bisabuela y madre de Tiberio, Livia, y a la muerte de ésta -cuyo elogio fúnebre pronunciaría-, sería acogido por su abuela paterna, Antonia. En el año 30 su segundo hermano, Druso César, sería también encarcelado, coincidiendo con la muerte de Nerón en el exilio, se desconoce si por inanición o por suicidio. Druso le sobreviviría solo un año, pereciendo en medio del caos producido por la caída en desgracia de Lucio Elio Sejano, prefecto del pretorio. La muerte de sus dos hermanos mayores convertiría a Calígula, junto a Tiberio Gemelo, único nieto del emperador, en potencial sucesor al Imperio. Por esa razón, pasó a residir con Tiberio en su retiro de la isla de Capri, donde permanecería seis años bajo estrecha vigilancia, más en calidad de prisionero que de invitado. En el año 33, poco después de la muerte de su madre en el exilio, Tiberio nombra a Calígula como cuestor, cargo que ocuparía hasta su proclamación como emperador, y celebra su matrimonio con Junia Claudila, otra descendiente de Augusto, la cual moriría de parto posiblemente al año siguiente
Con el fallecimiento de Tiberio en el año 37 se plantea finalmente el problema de la sucesión. En su testamento, el emperador había nombrado como coherederos de su fortuna privada a Calígula y a su nieto Gemelo, pero no había dejado ninguna disposición relativa al Imperio. A la cabeza del mismo acabaría por colocarse Calígula sobre Gemelo, ya que su candidatura ofrecía mayores garantías: ya había alcanzado los 25 años, mientras que Gemelo no tenía aún los 17; había entrado a formar parte del Senado y participado en la administración a raíz de su nombramiento como cuestor, si bien no había recibido el imperium proconsular y la potestas tribunicia, base del poder imperial desde los tiempos de Augusto; y en los últimos años de Tiberio había sido nombrado augur y pontífice. Ahora bien, la llegada al poder de Calígula estuvo más condicionada por el apoyo del prefecto del pretorio Sertorio Macrón, sucesor de Sejano, que por sus cualidades personales. Según las fuentes, poco fiables, apoyó a Calígula después de recibir una importante suma de dinero, llegando incluso a asfixiar a Tiberio. Gran importancia tuvo también en la elección el recuerdo de su padre Germánico, de gran prestigio militar y muy querido y popular en todo el Imperio. Llegado a Roma con el cortejo fúnebre de Tiberio, Calígula fue proclamado princeps por el Senado sin problemas, siéndole otorgados todos los poderes imperiales de sus antecesores y procediéndose a invalidar el testamento de Tiberio a fin de excluir a Gemelo de la herencia, que Calígula recibió de esta forma íntegramente. Sus primeros meses de gobierno, Calígula gozó de gran popularidad, en parte gracias a la exaltación de su familia de la que hizo alarde. No solo pronunció el elogio fúnebre de Tiberio, aprovechando al mismo tiempo para ensalzar la figura de Germánico, si no que pidió también para él la consecratio o divinización, cosa que solo podía conceder el Senado (a lo que este se negó sin más insistencias por parte del nuevo emperador); aprovecharía asi mismo el sepelio de Tiberio para traer de regreso a la capital los restos de su madre y de su hermano mayor y concedió el título de Augusta a Antonia, su abuela paterna, que con anterioridad solo gozara Livia, esposa de Augusto. En el año 37, además, revistió el consulado junto a su tío Claudio, y adoptó a Gemelo como hijo, llegando a nombrarle “príncipe de la juventud” (título honorífico concedido por Augusto a sus dos nietos Cayo y Lucio, y entendido desde ese momento como una forma de nombrar al heredero del Imperio). Para atraerse aún más el favor del pueblo, distribuyó en el mismo año 37 dos “congiuaria” o reparto gratuito de aceite, vino, o dinero, entre los ciudadanos de Roma y celebró unos grandes juegos con motivo de la inauguración del templo de Augusto, lo que equivalía a proclamarse no solo su sucesor sino también continuador de su política, muy respetada en todos los estamentos.
Todo parecía presagiar un buen gobierno, pero a los ocho meses de su subida al poder, a finales del año 37, Calígula cae gravemente enfermo, hasta el punto de, temiendo no sobrevivir, nombrar como heredera del Imperio a su hermana favorita, Drusilla. La causa de la enfermedad, considerada por la mayoría de los historiadores como un punto de inflexión en su gobierno, ha sido muy discutida: una salud mediocre, taras hereditarias, enfermedades físicas o psíquicas, quizás esquizofrenia...Lo cierto es que la enfermedad supuso un cambio en el carácter del emperador, en el que pudo haber influido diversos hechos de su infancia, como la muerte de sus padres y sus hermanos y su reclusión en Capri con Tiberio, el causante de las mismas, agravado con la muerte poco después de su hermana Drusila y la conspiración de Macrón para proclamar a Gemelo emperador aprovechando su enfermedad. También se ha debatido mucho en torno a la relación de Calígula con sus tres hermanas, en especial con Drusilla. Ya en 38, antes de la muerte de esta última, había hecho que el Senado jurara no solo por él sino también por sus hermanas, que aparecían representadas en las monedas como Securitas (Livila), Concordia (Agripina) y Fortuna (Drusila), dando a entender que de ellas dependía casi por completo la prosperidad del Imperio. Al fallecer Drusila iría incluso más lejos, obligando a que se la concediera el título de Nueva Afrodita, se la divinizara con el nombre de Panthea y formara todo un colegio sacerdotal para vigilar su culto, convirtiéndose a sí en la primera mujer divinizada en Roma. En cuanto a las afirmaciones de que Calígula cometió incesto con Drusila y sus otras dos hermanas, parece que se trata de falsedades fruto de una historiografía claramente hostil, principalmente Filón de Alejandría y Suetonio. Solo en la actualidad los considerados crímenes y locuras de Calígula han comenzado a ser matizados o negados por los historiadores modernos. A la muerte de Drusila siguió el suicidio de Gemelo, Macrón y el anterior suegro de Calígula, Junio Silano, por participar en la ya mencionada conspiración que buscaba nombrar emperador a Gemelo ante la inminencia de la muerte de Calígula debido a su enfermedad. Parece que dicha conspiración hubo también una participación importante de senadores, de ahí la actitud hostil que Calígula tendrá a partir de entonces contra el Senado, destacando la denegación a la acuñación de moneda, la asunción del consulado indefinidamente -marcando su preeminencia sobre el Senado-, y la creación de la llamada “familia Caesaris”, grupo de libertos y esclavos de la familia imperial que comienzan a asumir competencias administrativas de gran importancia. La muerte de Drusila y Gemelo dejó al Imperio sin un heredero claro, lo que obligaría a Calígula a contraer dos matrimonios sucesivos con Livia Orestila y Lolia Paulina, a las que repudió a los pocos meses. Finalmente sería su cuarta esposa, Milonia Cesonia, al menos diez años mayor que él, quién le diera descendencia en el año 39: una hija, a la que se llamó Julia Drusila.
En ese mismo año, Calígula recupera los ambiciosos proyectos de su padre Germánico en el Norte, el cual había realizado varias incursiones victoriosas más allá de la frontera del Rin. Para ello, más de diez legiones se desplazarán hasta la ciudad de Lugdunum, dónde Calígula permanecerá varios meses rodeado de una magnífica corte de príncipes orientales (destacando Julio Agripa, Antíoco IV de Commagene o Ptolomeo de Mauritania), sin más acciones bélicas que un intento de cruzar a la isla de Britania en imitación a Julio César. Sería en Lugdunum donde tendría lugar una nueva conspiración contra Calígula, protagonizada en esta ocasión por sus dos hermanas supervivientes, Agripina y Livila, y Marco Emilio Lépido, viudo de Drusila, orientada a colocar a éste al frente del Imperio. Sin embargo, su intento fue rápidamente descubierto, saldándose con el exilio de Agripina y Livila y la ejecución de Lépido. A su regreso a Roma, en 40, esperó recibir del Senado la celebración del triunfo por sus acciones en el Norte, pero solamente se le concedió la ovatio, considerado como un triunfo menor. Ello molestó a Calígula, quién multiplicó sus gestos de desprecio contra el Senado. Su política se aleja de forma definitiva del sistema de gobierno diseñado por Augusto y seguido por Tiberio y comienza a adoptar elementos autocráticos tomados de las monarquías orientales. En esta línea asume el título de Dominus (“Señor, amo”), considerado un insulto contra la tradición republicana por parte del Senado y el pueblo; transforma parte de su palacio en un templo dedicado a su persona; trata de imponer la prokynesis, el gesto de hincar una rodilla en tierra ante el señor, de posible origen iranio y después adoptado por Alejandro Magno; y coloca su estatua entre las de los dioses. Todo ello acercaba a Calígula a una divinización en vida. Algunos autores han querido ver en estos hecho una fuerte influencia de Egipto, que Calígula visitó de niño en compañía de sus padres, de ahí que construyera un templo a la diosa Isis en el Campo de Marte, incorporara fiestas isíacas al calendario oficial o se hiciera representar con la barba de Osiris. Incluso, se ha querido ver en la supuesta relación incestuosa entre Calígula y su hermana Drusila un tipo de matrimonio entre hermanos típico del Egipto ptolemaico y las monarquías orientales. Otros autores, por el contrario, consideran que tales hechos no tanto una influencia egipcia como un intento de alejarse de la política de Augusto acercándose a la figura de Marco Antonio, su bisabuelo, de ahí que nombrara Augusta a su abuela Antonia, una de las hijas del triunviro, o eliminara la celebración de la victoria de Actium del calendario oficial de días festivos.
En el año 41, Calígula, su esposa Milonia y su hija Drusila mueren a consecuencia de un complot, cuyos integrantes son de muy diversa procedencia. Esta nueva conspiración surgió de nuevo en el Senado, con Annio Viniciano como líder; contó también con la participación de varios pretorianos, entre los que destaca el tribuno Casio Querea, así como con la colaboración de libertos imperiales, como Narciso o Calixto.

*Fotografía 1: "Agripina con las cenizas de Germánico", de Benjamin West
*Fotografía 2: Busto de Calígula en el Museo de Houston
*Fotografía 3: Denario de Calígula con la representación de sus tres hermanas
*Fotografía 4: Camafeo de Calígula con la diosa Roma en Kunsthistoriches Museum Wien



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1 comentario:

  1. Muchas gracias Laura. En efecto me ha gustado.
    No creo que nadie dude de que no fue un santo. Sin embargo, históricamente no hay muchos personajes que se perpetuaran en el poder siendo ejemplo de justicia y/o de equidad.
    Leyenda o no, no daña el mito.
    Muchas gracias Laura.

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